Novena del 31 de Mayo - Completa

Schvivo ofrece a toda la Familia de Schoenstatt esta Novena como un camino de preparación para la celebración del 31 de Mayo.   DIA PRIMERO: MIÉRCOLES 22 DE MAYO Oración Inicial Padre Dios, (espiritualmente) desde nuestro Santuario, te pedimos que envíes tu Espíritu a nuestra alma. Ese es el regalo que no puedes negarnos jamás. Y en el Espíritu Santo, te bendecimos y alabamos, porque tu Hijo Jesús ... ...

| Juan Enrique Coeymans A. Juan Enrique Coeymans A.

NOVENA COMPLETA

Schvivo ofrece a toda la Familia de Schoenstatt esta novena como un camino de preparación para la celebración del 31 de Mayo.

NOVENA DE PREPARACIONA LA CELEBRACION DEL 31 DE MAYO

DIA PRIMERO: MIÉRCOLES 22 DE MAYO

Oración Inicial

Padre Dios, (espiritualmente) desde nuestro Santuario, te pedimos que envíes tu Espíritu a nuestra alma. Ese es el regalo que no puedes negarnos jamás.

Y en el Espíritu Santo, te bendecimos y alabamos, porque tu Hijo Jesús nos ha hecho hijos tuyos y, con él, coherederos del reino.

Como a él, nos diste a María por Madre, para que nos educara a fin de ser, algún día, rostro e imagen de Cristo para las demás personas.

Prepara nuestro corazón durante estos días previos a la celebración del Tercer Hito de la historia de Schoenstatt, para renovar en lo profundo nuestra alianza de Amor con María, con nuestro padre fundador y con todos nuestros hermanos de Schoenstatt.

La Alianza nos impulse, en la fuerza de la misión del 31 de Mayo, a luchar en la vida diaria con constancia, sencillez y filialidad, por una santidad cotidiana y silenciosa, y renueve en nuestro corazón el deseo de acompañar a nuestro fundador en la tarea de construir un mundo donde se ame, se piense y se viva orgánicamente.

Te lo pedimos con María, nuestra Madre, Reina y Educadora, en nombre de Jesús que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Texto tomado de la Plática del 31 de Mayo

Es como si el ambiente del hogar nos rodeara en estos momentos; como si ángeles estuviesen en medio de nosotros y nos dijesen: "Quítate el calzado, porque el lugar que pisas es tierra santa".

Sí, santo es este lugar y seguirá haciéndose más y más santo; tierra santa es ésta, porque la Santísima Virgen ha escogido este terruño; tierra santa, porque en el transcurso de los años, de los decenios y de los siglos, desde este lugar surgirán, crecerán y trabajarán fecundamente hombres santos. Este es un lugar santo, finalmente, porque desde aquí se impondrán santas tareas, es decir, tareas que santifican, sobre débiles hombros.

Meditación

Pocas veces nuestro fundador comienza sus palabras con tanta solemnidad como en esta ocasión. Es como Moisés en el Sinaí (Exodo,3,5) cuando Yahvé le encomienda su tarea de guía y de profeta (en el sentido de interpretador de los designios de Dios) junto a la zarza ardiendo.

Emociona cómo nuestro padre se refiere al recién bendecido santuario de Bellavista, como un lugar lleno de Dios y que ello es lo hace santo el lugar. Cuando después, uno contempla lo que pasó históricamente, no puede sino entender que en verdad nuestro padre estaba refiriéndose a una realidad trascendental para los siglos futuros, para cada uno de los santuarios de Schoenstatt en el mundo entero.

Pareciera que el Padre Dios, por medio de nuestro padre nos dijera:

“Hijo querido, esas palabras no eran sólo para el año 49, sino también para nuestro tiempo. Cada uno de ustedes, mis hijos de Schoenstatt, debiera saber que los pequeños santuarios de gracias son lugares donde me alegro y me complazco de llevarlos para ser más profundamente hijos míos. Les regalé a la Madre de mi Hijo Jesús para que ella los eduque como a él. Y quiero que ustedes sean santos.

Les he regalado tres hijos de Schoenstatt beatificados, tres sacerdotes diocesanos: Karl María Leisner, Gerhard Hirschfelder y Alois Andritzski, mártires de la persecución nazi, para que no duden que Schoenstatt es camino de santidad. El 31 de Mayo de 1949 , lo primero que les dije, es que si ustedes son fieles, si se vinculan al santuario y se exponen a la acción educadora de María y traen contribuciones al capital de gracias, serán santos si lo aceptan y lo quiere….”

Oración final

Padre celestial, gracias por cada uno de los terruños de Schoenstatt esparcidos por el mundo entero. Nunca entenderemos el misterio de misericordia que se esconde en el regalo de los santuarios de Schoenstatt.

En este primer día de preparación a la celebración del 31 de Mayo, prometemos tomarnos en serio la vinculación al Santuario, sabiendo que para un hijo de Schoenstatt no hay transformación interior en Cristo, ni cobijamiento en ti, Padre eterno, ni envío del Espíritu Santo, si no enraizamos profundamente en el Santuario.

De todo corazón te prometemos visitar frecuentemente nuestro Santuario de Schoenstatt más cercano. Amén.


DIA SEGUNDO: JUEVES 23 DE MAYO

Oración Inicial

Padre Dios, (espiritualmente) desde nuestro Santuario, te pedimos que envíes tu Espíritu a nuestra alma. Ese es el regalo que no puedes negarnos jamás.

Y en el Espíritu Santo, te bendecimos y alabamos, porque tu Hijo Jesús nos ha hecho hijos tuyos y, con él, coherederos del reino.

Como a él, nos diste a María por Madre, para que nos educara a fin de ser, algún día, rostro e imagen de Cristo para las demás personas.

Prepara nuestro corazón durante estos días previos a la celebración del Tercer Hito de la historia de Schoenstatt, para renovar en lo profundo nuestra alianza de Amor con María, con nuestro padre fundador y con todos nuestros hermanos de Schoenstatt.

La Alianza nos impulse, en la fuerza de la misión del 31 de Mayo, a luchar en la vida diaria con constancia, sencillez y filialidad, por una santidad cotidiana y silenciosa, y renueve en nuestro corazón el deseo de acompañar a nuestro fundador en la tarea de construir un mundo donde se ame, se piense y se viva orgánicamente.

Te lo pedimos con María, nuestra Madre, Reina y Educadora, en nombre de Jesús que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

Amén.

Texto tomado de la Plática del 31 de Mayo

(La entrega del trabajo o Carta larguísima) tiene un doble carácter: de obsequio feliz y de pesada misión. Nos hemos reunido aquí en esta silenciosa hora vespertina, para entregar solemnemente a la Santísima Virgen el trabajo que para ella hemos hecho en común. Digo que fue un trabajo hecho en común, porque, mientras yo escribía día y noche, ustedes imploraban para mí, silenciosamente, el Espíritu Santo en nuestro Cenáculo. Ustedes no se cansaron de hacer abundantes sacrificios por la misma intención y, más que nada, se esforzaron por tomar en serio la Inscriptio en el día de trabajo.

Meditación

Nuestro padre fundador siente esa contradicción tan humana: está contento por lo que ha hecho (escribir la “Epístola perlonga”), pero también se da cuenta, porque no es un inconsciente, que ello traerá consecuencias. Sin embargo, el trabajo lo ha hecho “para ella”. Por amor a ella, para que ella pueda seguir actuando como educadora de los miembros del Cuerpo Místico de Cristo, así como fue la educadora de la Cabeza, al asumir la tarea de educar a Jesús.

Y lo más significativo: él tiene conciencia que, en la fuerza del Espíritu Santo que las Hermanas, solidariamente, han pedido en ese tiempo, y en la fuerza del Capital de gracias, todo ha sido posible. Lo dice con la humildad de quien sabe que en el misterio el Cuerpo Místico del Señor estamos profundamente unidos los unos a los otros: es “un trabajo hecho en común”.

El Padre Dios, por medio de estas frases de nuestro fundador, nos dice a cada uno:

“Hijo querido, he soñado que tu vida cotidiana sea como la del fundador: llena de solidaridad, llena de sentido de pertenencia; lo que tú haces revierte en bien o en mal de tus hermanos. No trabajes únicamente para hacer las cosas bien, sólo éticamente, sino por amor: por amor a tus hermanos, por amor a mí, en respuesta de amor a mi amor. Por eso, no tengas miedo de enfrentar nada que hayas hecho con la clara intuición que es mi voluntad, porque, a pesar de las oscuridades, al final resplandecerá mi victoria y mi amor fiel…”

Oración final

Padre Dios, con María te alabamos y bendecimos. Que ella la gran orante, te adore, te ame y te agradezca por tu amor infinitamente fiel y bondadoso para con nosotros.

Te agradecemos por nuestro fundador, que no temió enfrentar nada por hacer sólo tu voluntad.

Te pedimos que unamos nuestra vida a la vida y la tarea de nuestro fundador. Nuestro padre sentía que su vida y su tarea estaban atadas a la vida nuestra, y por amor a nosotros, se arriesgó audazmente.

Regálanos la gracia de emprender juntos, con nuestros hermanos de diferentes ramas, tareas apostólicas comunes.

Padre Dios, haz que nuestra lealtad al fundador se traduzca día a día en lealtad a nuestros hermanos.

Amén.

DIA TERCERO: VIERNES 24 DE MAYO

Oración Inicial

Padre Dios, (espiritualmente) desde nuestro Santuario, te pedimos que envíes tu Espíritu a nuestra alma. Ese es el regalo que no puedes negarnos jamás.

Y en el Espíritu Santo, te bendecimos y alabamos, porque tu Hijo Jesús nos ha hecho hijos tuyos y, con él, coherederos del reino.

Como a él, nos diste a María por Madre, para que nos educara a fin de ser, algún día, rostro e imagen de Cristo para las demás personas.

Prepara nuestro corazón durante estos días previos a la celebración del Tercer Hito de la historia de Schoenstatt, para renovar en lo profundo nuestra alianza de Amor con María, con nuestro padre fundador y con todos nuestros hermanos de Schoenstatt.

La Alianza nos impulse, en la fuerza de la misión del 31 de Mayo, a luchar en la vida diaria con constancia, sencillez y filialidad, por una santidad cotidiana y silenciosa, y renueve en nuestro corazón el deseo de acompañar a nuestro fundador en la tarea de construir un mundo donde se ame, se piense y se viva orgánicamente.

Te lo pedimos con María, nuestra Madre, Reina y Educadora, en nombre de Jesús que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Texto tomado de la Plática del 31 de Mayo

Séame permitido expresar lo que mueve nuestras almas en estos momentos y revestir de palabras lo que sienten nuestros corazones. Venimos para dar y recibir. Queremos intercambiar con la Santísima Virgen todo nuestro desvalimiento, nuestra buena voluntad y nuestra fidelidad. Le damos nuestra buena voluntad y ella nos da su buena voluntad. Le damos nuestra fidelidad y ella nos da su fidelidad.

Meditación

Ese momento solemne de entrega de la Carta y proclamación de la Misión del 31 de Mayo, es un momento de Alianza, de renovación de ella: “venimos para dar y recibir”.

Toda la vida de Schoenstatt ha sido un continuo renovar la Alianza. Sólo en la Alianza se entiende la historia de nuestro padre y nuestra historia.

El intercambio en esa Alianza es triple: el desvalimiento mutuo, la buena voluntad mutua y la fidelidad mutua.

Jesús nos dice en ese texto de nuestro padre:

“Quien no entiende que en la Alianza, en primer lugar, es necesario tomar conciencia de la propia pequeñez, no entenderá el mundo de la Alianza, porque “si no os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.

Es desde la profunda conciencia de la propia debilidad y desvalimiento, que ustedes pueden decir, sin falsos orgullos, que ponen su buena voluntad, y esa buena voluntad se prueba con la fidelidad, que es un don de mi Padre, pero que él lo regala a quien se lo pida.

La Misión del 31 de Mayo es misión para quienes se saben pequeños y reconocen su pequeñez, para quienes no se avergüenzan de ella y saben que el amor mío y de mi Madre son tan grandes que, en la fuerza de ese amor, podrán tener buena voluntad y ser fieles…”

Oración final

Señor Jesús, con María, nuestra Mater querida, te damos gracias por recordarnos que nuestra pequeñez y desvalimiento son caminos para asumir la misión. Gracias por confiar en nosotros; porque esa confianza despierta lo más noble de nuestra alma: querer ser como tú: un hijo pequeño del Padre en todas las circunstancias de la vida.

Al igual que tu discípulo tan querido, el siervo de Dios Mario Hiriart, queremos ser un cáliz vivo que te lleve a los hombres.

Somos quebradizos cálices de greda, pero tú, Señor, por la acción educadora de tu Madre, nos convertirás en un cáliz firme, que te comparta, que no se quiebre y te derrame y pierda.

Regálanos la gracia de vivir profundamente la Alianza para que no sea una realidad solamente devocional, sino se proyecte en la vida diaria en tareas que transformen el mundo en un mundo orgánico.

Amén.

DIA CUARTO: SÁBADO 25 DE MAYO

Oración Inicial

Padre Dios, (espiritualmente) desde nuestro Santuario, te pedimos que envíes tu Espíritu a nuestra alma. Ese es el regalo que no puedes negarnos jamás.

Y en el Espíritu Santo, te bendecimos y alabamos, porque tu Hijo Jesús nos ha hecho hijos tuyos y, con él, coherederos del reino.

Como a él, nos diste a María por Madre, para que nos educara a fin de ser, algún día, rostro e imagen de Cristo para las demás personas.

Prepara nuestro corazón durante estos días previos a la celebración del Tercer Hito de la historia de Schoenstatt, para renovar en lo profundo nuestra alianza de Amor con María, con nuestro padre fundador y con todos nuestros hermanos de Schoenstatt.

La Alianza nos impulse, en la fuerza de la misión del 31 de Mayo, a luchar en la vida diaria con constancia, sencillez y filialidad, por una santidad cotidiana y silenciosa, y renueve en nuestro corazón el deseo de acompañar a nuestro fundador en la tarea de construir un mundo donde se ame, se piense y se viva orgánicamente.

Te lo pedimos con María, nuestra Madre, Reina y Educadora, en nombre de Jesús que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Texto tomado de la Plática del 31 de Mayo

Hace poco señalaba la gran tarea que tenemos como pequeña Familia. Sin embargo, el motivo que nos reúne hoy, en esta tarde, indica que el Padre Dios nos ha confiado una gran tarea para todo el mundo, especialmente para Europa, para el Occidente. ¿De qué tarea se trata? Se trata de desenmascarar y sanar radicalmente el germen de la enfermedad que aqueja al alma occidental: el pensar mecanicista.

Meditación

En este trozo entramos al meollo de la misión del 31 de Mayo, planteada con sencillez y realismo.

Lo primero que sentimos es el asombro ante la inmensa dimensión cultural que nuestro padre atribuye a esta misión. Es una tarea gigantesca, para siglos futuros.

La lucha contra el pensar mecanicista, que lleva a una manera de amar mecanicista y, como consecuencia, a una manera de vivir mecanicista, no es algo teórico sino real en la vida de nuestros pueblos, en todas sus dimensiones.

Lo segundo que sentimos es la pequeñez personal: nos preguntamos ¿cómo es posible que nos comprometamos con una tarea de esta envergadura cuando, si nos miramos, somos tan pequeños y limitados…?

Sin embargo, el Señor pareciera decirnos, por medio de las palabras de nuestro padre:

“No temas pequeño rebaño, si yo sueño algo para ti, es porque estoy seguro que lo podrás realizar.

Las tareas gigantescas requieren fuerza divina. No les faltará mi gracia. Desde el Santuario, derramamos cataratas de gracias como un inmenso y permanente diluvio de agua de vida nueva para ustedes. En ella viene la fuerza para realizar la misión. Ustedes olvidan fácilmente la fuente de vida que les di a mis hijos de Schoenstatt.

Aliméntense del Pan de vida y beban del Cáliz de salvación, día a día. Entréguense como niños pequeños a mi Madre, como yo lo hice en mi vida terrena, y sumerjan su corazón en la pequeña Capillita de gracias, en el torbellino de amor trinitario que allí se derrama para todos los que acudan hasta allí con sencillez y humildad.

Sin Santuario y sin capital de gracias que hacen posible esa fuente de agua viva, no hay misión del 31 de Mayo, ni victoria del organicismo en el mundo.

¡Hijitos míos, si de verdad lo creyeran…!”

Oración final

Señor Jesús, misterio inmenso es el que cosas grandiosas dependan de cosas pequeñas, pero así ha sido siempre en la historia de la salvación: del sí de una joven de 15 años dependió el misterio más insondable que es la Encarnación del Verbo de Dios y la salvación del mundo.

Así también, la tarea titánica de la misión del 31 de Mayo, va a depender de nuestra vida diaria, de nuestra entrega día a día, de nuestra santidad silenciosa.

Te pedimos la gracia, Señor, de llenar nuestro corazón de anhelos para ser discípulos tuyos a la manera de la sierva de Dios Gertrud Von Bouillon, llena de amor y de fuerza fundadora.

Haz que no muera en nosotros el fuego del 31 de Mayo; que construyamos con perseverancia un mundo orgánico en nuestra vida personal, en nuestras familias, en nuestros trabajos, en nuestras empresas, universidades, colegios y talleres, en nuestra sociedad, en todas partes. Que ese fuego se alimente día a día con nuestra fidelidad silenciosa al capital de gracias, con nuestra frecuencia de los sacramentos, y nuestro amor y servicio cotidianos a los que nos rodean. Amén.


DIA QUINTO: DOMINGO 26 DE MAYO

Oración Inicial

Padre Dios, (espiritualmente) desde nuestro Santuario, te pedimos que envíes tu Espíritu a nuestra alma. Ese es el regalo que no puedes negarnos jamás.

Y en el Espíritu Santo, te bendecimos y alabamos, porque tu Hijo Jesús nos ha hecho hijos tuyos y, con él, coherederos del reino.

Como a él, nos diste a María por Madre, para que nos educara a fin de ser, algún día, rostro e imagen de Cristo para las demás personas.

Prepara nuestro corazón durante estos días previos a la celebración del Tercer Hito de la historia de Schoenstatt, para renovar en lo profundo nuestra alianza de Amor con María, con nuestro padre fundador y con todos nuestros hermanos de Schoenstatt.

La Alianza nos impulse, en la fuerza de la misión del 31 de Mayo, a luchar en la vida diaria con constancia, sencillez y filialidad, por una santidad cotidiana y silenciosa, y renueve en nuestro corazón el deseo de acompañar a nuestro fundador en la tarea de construir un mundo donde se ame, se piense y se viva orgánicamente.

Te lo pedimos con María, nuestra Madre, Reina y Educadora, en nombre de Jesús que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Texto tomado de la Plática del 31 de Mayo

¡Desvalimiento! Si recuerdo cómo todo ha ido creciendo: todo es un regalo extraordinariamente grande que el Padre Dios me ha dado: la mentalidad orgánica opuesta a la manera de pensar mecanicista. Esta fue la lucha personal de mi juventud. En ella pude vencer aquello que hoy conmueve a Occidente hasta en sus raíces más profundas. Dios me dio inteligencia clara. Por eso tuve que pasar durante años por pruebas de fe. Lo que guardó mi fe durante esos años fue un amor profundo y sencillo a María. El amor a María regala siempre de por sí esta manera de pensar orgánica. Las luchas terminaron cuando fui ordenado sacerdote y pude proyectar, formar y modelar en otros, el mundo que llevaba en mi interior. El constante especular encontró un saneamiento en la vida cotidiana. Este es además el motivo por qué conozco tan bien el alma moderna, aquello que causa tanto mal en Occidente. ¿A quién debo agradecer todo esto? Viene de arriba. Sin duda de la Santísima Virgen. Ella es el gran regalo. De este modo pude, además de la enfermedad, experimentar también en mi propia persona, y muy abundantemente, la medicina...

Meditación

¡Qué verdadera humildad tiene nuestro fundador, que reconoce con sinceridad los regalos de Dios, así como también, en otras ocasiones, está consciente de sus limitaciones! Para un lector acostumbrado a humildades alambicadas y retorcidas, quizás las palabras de nuestro padre lo asusten: agradece por la mentalidad orgánica, por su inteligencia clara, por su amor profundo y sencillo a María, por la vida cotidiana donde aprendió a amar y que lo hizo aterrizar su pensamiento especulativo.

Sin embargo, lo más medular de ese trozo es la sencilla frase: El amor a María regala siempre de por sí esta manera de pensar orgánica.

El Padre Dios nos dice, a través de nuestro padre:

“Si quieres conquistar una mentalidad orgánica, ama a María; si quieres vivir armónicamente lo natural y lo sobrenatural, entrégate a María. Si temes amarla, si tienes miedo que el amor humano a ella te aleje del amor divino, no has entendido nada…

Dejé a mi Hijo asumir todo lo humano para que lo humano se hiciera divino. Todo lo orgánico debes entenderlo desde la perspectiva de Cristo, de su encarnación: completamente hombre y completamente Dios. Jesús “Pontífice”, hacedor de puentes entre el cielo y la tierra. El organicismo tiene su fuente y fundamento, en el misterio de mi Hijo Jesús en la eternidad, y de Jesús, hijo de María en el tiempo.

María está en el núcleo de ese misterio de la encarnación. Amarla a ella es entrar en la dinámica de lo divino y lo humano, porque es entrar al misterio de Jesús, que es la vida y el sentido de todo en María…”

Oración final

Padre Dios, bendito seas por tantos regalos que nos haces. Bendito seas por el regalo de María, que nos introduce en el misterio de tu Hijo y, por él, en la vivencia profunda de lo orgánico.

Te damos gracias por ella, por su cercanía humana y servidora, por su vivir siempre en torno a su Hijo Jesús como perfecta discípula.

Gracias por su acción educadora en nuestros santuarios, para asemejarnos día a día, a pesar de nuestras porfías, a su Hijo Jesús.

Te pedimos que podamos amar a María con la misma sencillez de la Venerable Sierva de Dios Emilie Engel, siendo un milagro de la filialidad mariana, de la pequeñez asumida y convertida en equilibrio, pureza y santidad.

Padre, te pedimos esa gracia en el nombre del Señor Jesús, que contigo vive y reina en la unidad el Espíritu Santo por los siglos de los siglos . Amén.

DIA SEXTO: LUNES 27 DE MAYO

Oración Inicial

Padre Dios, (espiritualmente) desde nuestro Santuario, te pedimos que envíes tu Espíritu a nuestra alma. Ese es el regalo que no puedes negarnos jamás.

Y en el Espíritu Santo, te bendecimos y alabamos, porque tu Hijo Jesús nos ha hecho hijos tuyos y, con él, coherederos del reino.

Como a él, nos diste a María por Madre, para que nos educara a fin de ser, algún día, rostro e imagen de Cristo para las demás personas.

Prepara nuestro corazón durante estos días previos a la celebración del Tercer Hito de la historia de Schoenstatt, para renovar en lo profundo nuestra alianza de Amor con María, con nuestro padre fundador y con todos nuestros hermanos de Schoenstatt.

La Alianza nos impulse, en la fuerza de la misión del 31 de Mayo, a luchar en la vida diaria con constancia, sencillez y filialidad, por una santidad cotidiana y silenciosa, y renueve en nuestro corazón el deseo de acompañar a nuestro fundador en la tarea de construir un mundo donde se ame, se piense y se viva orgánicamente.

Te lo pedimos con María, nuestra Madre, Reina y Educadora, en nombre de Jesús que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Texto tomado de la Plática del 31 de Mayo

Ustedes, a su manera, pueden ayudarme a llevar la responsabilidad y compartir la misión de la Familia. Pero tenemos que contar con que este trabajo hiera nobles corazones allá en la patria, que despierte una violenta indignación y haga que en respuesta se nos den fuertes y duros contragolpes. No nos admiremos si se forma un frente común poderoso y unido de hombres influyentes en contra mía y de la Familia. Humanamente considerado, tenemos que contar por último con que nuestro intento fracase completamente. Y, sin embargo, no podemos sentirnos dispensados de correr este riesgo. Quien tiene una misión ha de cumplirla, aunque un salto mortal siga a otro. La misión de profeta trae siempre consigo suerte de profeta.

Meditación

Nuestro padre es realista. Sabe que “la Epístola perlonga” traerá consecuencias dolorosas. Podría optar por caminos más diplomáticos, más políticos. Pero siente que Dios le pide mostrar con fuerza el germen de mecanicismo que él advierte en círculos de la Iglesia. No es fácil decir verdades a los que amamos; nos preocupa que se sientan heridos. Sólo quien tiene una clara conciencia de su carisma de profeta, puede realizarlo con simplicidad.

Pareciera que Jesús nos dice:

“La frase del fundador, la misión de profeta trae siempre consigo la suerte de profeta, es una constante en toda la historia de salvación.

Discernir lo que Dios pide y aplicarlo a la propia vida es difícil, pero discernirlo y decírselo a los demás es siempre peligroso; los profetas nunca fueron populares, nunca halagaron a las mayorías, ni menos vivieron pendientes de la opinión de los demás. Ser anunciador de los designios de Dios, mi Padre, es una tarea dolorosa, no porque sus designios sean malos ni catastróficos, sino porque casi siempre llevan y apelan a una conversión, a un cambio.

Yo pagué con mi vida la realización de mi tarea profética. Ninguno de ustedes será dispensado de la cruz y del sacrificio por realizar su tarea. Tengan preparado el corazón para el sacrificio, llenándolo de amor a mí y a mi Madre…”

Oración final

Señor Jesús, Cordero inmaculado que entregaste todo por realizar la tarea que el Padre desde el trono te encomendara, te alabamos y bendecimos, te adoramos y te reconocemos como nuestro Dios, nuestro Rey y nuestro Hermano; tú eres la Cabeza del Cuerpo del cual nosotros somos los miembros.

Te pedimos la gracia de no asustarnos ante nuestras tareas; de tener la valentía de realizar lo que hay que realizar, porque lo pide el Padre, con decisión y fuerza.

Como el siervo de Dios, el padre Franz Reinisch, queremos, aun a costa de nuestra vida, hacer la voluntad del Padre.

Haz que en nuestra vida tengamos disponibilidad absoluta para realizar el plan del Padre, porque “venimos del Padre y nuestra vida es un volver hacia el Padre”. Que no temamos a la cruz cuando llegue el momento, porque ahí estarás tú y tu Madre para sostenernos.

Amén.

DIA SEPTIMO MARTES 28 DE MAYO

Oración Inicial

Padre Dios, (espiritualmente) desde nuestro Santuario, te pedimos que envíes tu Espíritu a nuestra alma. Ese es el regalo que no puedes negarnos jamás.

Y en el Espíritu Santo, te bendecimos y alabamos, porque tu Hijo Jesús nos ha hecho hijos tuyos y, con él, coherederos del reino.

Como a él, nos diste a María por Madre, para que nos educara a fin de ser, algún día, rostro e imagen de Cristo para las demás personas.

Prepara nuestro corazón durante estos días previos a la celebración del Tercer Hito de la historia de Schoenstatt, para renovar en lo profundo nuestra alianza de Amor con María, con nuestro padre fundador y con todos nuestros hermanos de Schoenstatt.

La Alianza nos impulse, en la fuerza de la misión del 31 de Mayo, a luchar en la vida diaria con constancia, sencillez y filialidad, por una santidad cotidiana y silenciosa, y renueve en nuestro corazón el deseo de acompañar a nuestro fundador en la tarea de construir un mundo donde se ame, se piense y se viva orgánicamente.

Te lo pedimos con María, nuestra Madre, Reina y Educadora, en nombre de Jesús que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Texto tomado de la Plática del 31 de Mayo

La Santísima Virgen permanece fiel. No tienen por qué angustiarse. Es cierto que en general hay poca fidelidad. Pero la Santísima Virgen es la "Virgo fidelis", la Virgen fiel. Ella nos ama aunque no andemos con un traje tan limpio; incluso, si alguna vez le hemos vuelto las espaldas, ella nos es fiel. Su fidelidad termina sólo cuando nos sabe allá arriba en el cielo...

Meditación

Nuestro padre sabía lo que era la fidelidad. De hecho era la virtud que el más admiraba. Porque él era fiel, con una fidelidad más allá de la muerte.

Tres años antes de morir, Hilda, la mujer de Jesús María Pagan, le preguntó: ¿Padre, usted, cuando se vaya al cielo, que va a hacer? El padre sonrió y le respondió: me compraré un cordel largo para tirárselo a cada uno de mis hijos de Schoenstatt y llevarlos conmigo al cielo... igual como dice de María en ese trozo de la plática.

La cruzada del 31 de Mayo implica construir un mundo orgánico, pero también formar hombres que tengan sensibilidad para el cielo. Nadie va a llegar al cielo sin haberlo anhelado y nadie va a anhelarlo sin haber amado.

Pareciera que Jesús, por boca de nuestro padre, nos dijera:

“Estén tranquilos, tengan una santa preocupación despreocupada. Yo no los abandonaré nunca ni mi Madre tampoco.

Si ustedes se vinculan a ella, si creen sinceramente que ella es la Virgen fiel, van a llegar al cielo, van a llegar a la plenitud del amor; eso es el cielo.

Toda la obra de la redención es un gran plan para llevar a los hombres al corazón del Padre. Ese es mi plan, mi locura, mi sueño.

Pero no los puedo llevar a la fuerza. Libremente deben optar por el amor o por el desamor; por la entrega a los demás o por el servicio de sí mismos; por la misericordia y el perdón o por el rencor y el no-olvido; por el sacrificio en bien de los otros o por la búsqueda de la propia felicidad, a costa de los otros.

Mi Madre y yo, queremos que, digna y libremente, ustedes se tomen de nuestras manos y se encaminen hacia el cielo, amando a los demás con sencillez y hondura.

La misión del 31 de Mayo que les di, a través de mi hijo José Kentenich, es para que ustedes se acostumbren a amar integradamente, no separando nunca el amor de Dios del amor al hermano. Para que no teman al amor humano, porque allí nos van a encontrar siempre…”

Oración final

Señor Jesús, gracias por tu fidelidad, por la fidelidad de la Mater y por la fidelidad de nuestro padre.

Gracias porque ustedes desean y sueñan tenernos siempre a su lado, para que podamos ser “aparitio Christie y aparitio Mariae”, aparición de Cristo y aparición de María en medio de los hombres.

Gracias por la fidelidad de la Mater a quien, cuando cada día rezamos el Ave María, le decimos: “ruega por nosotros en la hora de nuestra muerte”. Y ella jamás se hace oídos sordos a esa petición, acompañándonos en el momento supremo y final de nuestras vidas. Así lo hemos experimentado en la partida de tantos hijos de Schoenstatt.

Regálanos, Señor, al igual que al siervo de Dios José Engling, la gracia de confiar siempre en la fidelidad de María y por eso no temer emprender acciones y trabajos por construir un mundo más orgánico en nuestro ambiente.

Amén.


DIA OCTAVO MIÉRCOLES 29 DE MAYO

Oración Inicial

Padre Dios, (espiritualmente) desde nuestro Santuario, te pedimos que envíes tu Espíritu a nuestra alma. Ese es el regalo que no puedes negarnos jamás.

Y en el Espíritu Santo, te bendecimos y alabamos, porque tu Hijo Jesús nos ha hecho hijos tuyos y, con él, coherederos del reino.

Como a él, nos diste a María por Madre, para que nos educara a fin de ser, algún día, rostro e imagen de Cristo para las demás personas.

Prepara nuestro corazón durante estos días previos a la celebración del Tercer Hito de la historia de Schoenstatt, para renovar en lo profundo nuestra alianza de Amor con María, con nuestro padre fundador y con todos nuestros hermanos de Schoenstatt.

La Alianza nos impulse, en la fuerza de la misión del 31 de Mayo, a luchar en la vida diaria con constancia, sencillez y filialidad, por una santidad cotidiana y silenciosa, y renueve en nuestro corazón el deseo de acompañar a nuestro fundador en la tarea de construir un mundo donde se ame, se piense y se viva orgánicamente.

Te lo pedimos con María, nuestra Madre, Reina y Educadora, en nombre de Jesús que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Texto tomado de la Plática del 31 de Mayo

Dos pensamientos deben conducirnos a la lucha, dos lemas que, como estrellas, deben brillar en nuestra vida. Uno es: Tua res agitur! Clarifícate! ¡Se trata de tu misión, de tu tarea, ahora, por tanto, glorifícate tú y tu Obra! El segundo lema es: Mater perfectam habebit curam. La Santísima Virgen se glorificará de la manera más perfecta si nosotros nos esforzamos dondequiera que sea por tirar de su carro de triunfo. Entonces ella cuidará de nosotros y de su Obra de Schoenstatt y la guiará victoriosa a través de las luchas, tal como lo ha venido haciendo a través de los años pasados de persecución...

Meditación

El padre ve la misión como una lucha. El siente que Dios nos envía al combate. Nuestra disposición debiera ser como la del soldado: dar la vida si fuere necesario. Pero la reacción natural ante una exigencia así, es de temor, de miedo.

Por eso lanza esos lemas, esas frases que, de tanto repetirlas, se nos olvida lo que significan: la primera nos alienta; no temamos, ella se glorificará en nosotros y con nosotros. Y la segunda frase también nos da confianza: la Mater cuidará perfectamente y nos dará la victoria. Ella es la Vencedora, y venceremos, no por nuestras propias fuerzas sino por el poder de Dios.

El Padre Dios nos quiere decir a través de nuestro padre fundador:

“El gran pecado del hombre ha sido siempre la desconfianza frente a mí... El diablo logra poner en el corazón de mis hijos el veneno de creer que yo tengo segundas intenciones, que no me preocupa la felicidad de mis hijos, que los voy a abandonar…

Si ustedes, como padres humanos, jamás podrían dejar abandonado a un hijo, si ustedes jamás traicionarían a un hijo, ¿creen que yo los voy traicionar a ustedes…?

Mi amor de Padre es infinitamente más grande que el de ustedes, padres de la tierra. Por eso, jamás teman. Nunca se aflijan por nada; empéñense en sus tareas con entusiasmo, con un corazón lleno de amor, pero no desconfíen; la Madre de mi Hijo está con ustedes; ella, la Vencedora de la serpiente, está con ustedes. Ella los cuidará, como cuidó a mi Hijo en la tierra y ahora ella los acompaña en el misterio de mi amor trinitario, y para siempre resucitada y vencedora, en el cielo. ¡No teman, vayan a la lucha, tranquilos y confiados de la mano de María…!”

Oración final

Padre Dios, bendito seas por tu amor de misericordia, de clemencia y de bondad para con nosotros. Bendito seas porque nos quieres con un amor tan grande que nos has entregado a la Madre de tu Hijo como nuestra compañera y aliada, nuestra madre y educadora y nuestra Reina vencedora.

Te damos gracias porque nos regalaste la misión del 31 de Mayo, para que luchemos por un mundo orgánico, donde triunfe siempre la confianza en ti y en tu amor, y no temamos construirlo, porque seremos vencedores, porque tú quieres que toda la creación vuelva a la armonía integradora con que la pensaste. Tú, Señor, eres el más interesado en la victoria del 31 de Mayo.

Como el siervo de Dios Joao Pozzobon, haz que, en la hora decisiva, podamos responder sí a todo lo que tú nos pidas, aunque nos duela. Y que, en la fuerza de la misión del 31 de Mayo, podamos llevar a María al corazón de nuestros pueblos.

Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos.

Amén.


DIA NOVENO Y FINAL JUEVES 30 DE MAYO

Oración Inicial

Padre Dios, (espiritualmente) desde nuestro Santuario, te pedimos que envíes tu Espíritu a nuestra alma. Ese es el regalo que no puedes negarnos jamás.

Y en el Espíritu Santo, te bendecimos y alabamos, porque tu Hijo Jesús nos ha hecho hijos tuyos y, con él, coherederos del reino.

Como a él, nos diste a María por Madre, para que nos educara a fin de ser, algún día, rostro e imagen de Cristo para las demás personas.

Prepara nuestro corazón durante estos días previos a la celebración del Tercer Hito de la historia de Schoenstatt, para renovar en lo profundo nuestra alianza de Amor con María, con nuestro padre fundador y con todos nuestros hermanos de Schoenstatt.

La Alianza nos impulse, en la fuerza de la misión del 31 de Mayo, a luchar en la vida diaria con constancia, sencillez y filialidad, por una santidad cotidiana y silenciosa, y renueve en nuestro corazón el deseo de acompañar a nuestro fundador en la tarea de construir un mundo donde se ame, se piense y se viva orgánicamente.

Te lo pedimos con María, nuestra Madre, Reina y Educadora, en nombre de Jesús que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Texto de la Plática del 31 de Mayo

La Santísima Virgen nos ha regalado el uno al otro. Queremos permanecer recíprocamente fieles: el uno en el otro, con el otro, para el otro, en el corazón de Dios. Si no nos reencontrásemos allí, sería algo terrible. Allí debemos volver a encontrarnos. No deben pensar: vamos hacia Dios, por eso debemos separarnos. Yo no quiero ser simplemente un señalizador en la ruta. ¡No! Vamos el uno con el otro. Y esto por toda la eternidad. Cuán errado sería ser sólo señalizador en el camino. Estamos el uno junto al otro para encendernos mutuamente. Nos pertenecemos el uno al otro ahora y en la eternidad; también en la eternidad estaremos el uno en el otro. ¡Es éste el eterno habitar del uno en el otro propio del amor! Y entonces, permaneciendo el uno en el otro y con el otro, contemplaremos a nuestra querida Madre y a la Santísima Trinidad.

Meditación

De la parte conocida de la Plática del 31 de Mayo, este es el trozo final. No sabemos si ese fue el final de la plática, pero como final es grandioso.

Aparece en toda su fuerza la importancia decisiva del amor humano. La importancia de todo lo creado como camino hacia Dios y lugar de su encuentro. Ahí está la raíz de nuestra espiritualidad salesiana (de San Francisco de Sales).

Hay un “mundo” y un “mundo”… El mundo, lugar de encuentro con Dios, con los hermanos, y donde podemos crecer en el amor a los demás para saborear algún día a Dios que es puro amor; y el mundo como lugar del desamor, del amor solamente a uno mismo, como lugar de egoísmo y, por eso, de incapacidad para comprender a Dios y camino seguro al infierno.

Para nuestro padre, el cielo será comunión con Dios y los hermanos, y lo que Dios unió en la tierra no lo separará el hombre. Nuestro cielo será con todos los que amamos; iremos juntos hacia el encuentro con Dios Uno y Trino, y seguiremos amándonos para siempre; porque los hombres no somos cosas, no somos peldaños; somos hijos del Dios vivo destinados a vivir para siempre con la Santísima Trinidad, amándonos en un torbellino de amor que no podemos ni siquiera soñar.

Pareciera que Dios, nuestro Padre, nos dijera por boca de nuestro fundador:

“Ustedes, mis hijos, se complican tanto con todo. Separan todo; disgregan todo y ponen antagonismos donde sólo hay unidad e integración. Todo lo creado surgió de mi amor y sabiduría, no de la nada… Todo viene de mí. Ustedes, a quienes hice libres, manchan, mal usan, desusan y abusan de todo, de las cosas y de sus hermanos. Pero yo los creé en una inmensa y armoniosa unidad, llena de amor, llena de respeto, llena de admiración.

El amor es la gran fuerza unitiva. Juan el Apóstol dice que Dios es amor. Y él dijo bien, el más querido de los discípulos de mi Hijo Jesús. Entrar en la dinámica del amor es entrar en la dinámica de mi vida trinitaria. Por eso, el amor no pasa, como dice Pablo. Cada uno de ustedes, cuando entre en nuestra vida, entrará a amar con una hondura inimaginable, y la unidad que el amor provocó en la tierra, se perpetuará en el cielo para siempre.

La cruzada del 31 de Mayo es para salvar y hacer vida esta visión y vivencia integradora del amor. Hijos queridos, el 31 de Mayo los envía a cada uno de ustedes, a amar sin miedo, a amar con el amor de mi Hijo y su Madre queridísima, mi hija María, por quien siento una ternura infinita como ustedes no podrían comprender. Cuando ustedes amen como Jesús y María, amarán con pureza, con fidelidad, con generosidad; amarán como yo los amo a ustedes. El cristianismo del siglo XXI es el cristianismo que pone por encima de todo el amor. Esa es la misión el 31 de Mayo…”

Oración final

Padre, te damos gracias por tu amor. Te damos gracias porque, en tu Hijo Jesucristo, nos revelaste que eras Amor. Te alabamos, porque nos revelaste que tu vida trinitaria es amor infinito y nosotros algún día entraremos en esa vida con todos nuestros amores.

Al finalizar estos nueve días, preparando la celebración del tercer Hito de la historia de Schoenstatt, queremos pedirte la gracia de ser fieles a la Misión que nuestro fundador nos encomendara hace 64 años: trabajar por nuestra santidad de la vida diaria, en espíritu de Inscriptio, para la construcción de un mundo orgánico.

Padre Santo, regálanos la gracia de asumir todos los hitos de la historia de nuestra Familia de Schoenstatt, porque unos a otros se encadenan y son maduraciones de un único llamado que se va desplegando en el tiempo. Por eso, danos la gracia de volver a enamorarnos del tercer hito: el 31 de Mayo.

Con humildad te decimos: cuenta con nosotros; que una santidad silenciosa y cotidiana, nos lleve, día a día, de la mano de María, a tu corazón.

Te lo pedimos con María en nombre de Jesús, nuestro Hermano y Salvador, que contigo vive y reina resucitado y glorioso en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos.

Amén.

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